En el día de la Hispanidad, lejos de celebrar la llegada de Colón a América en 1492 y lo que supuso a nivel de transmisión cultural (sin contar con las cosas malas que ocurrieron) o "la unión entre dos mundos" (como otros han querido llamarlo) que comparten idioma y tradiciones, hoy el acuerdo de paz se vislumbra para el pueblo gazatí. Ojalá sea real y la ayuda humanitaria permita paliar el dolor y la hambruna de una población, y de tantos y tantos niños y niñas, que no eligieron dónde nacer. No al odio ni a la violencia. Todos tenemos derecho a vivir en paz. Ellos también.
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